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El SAS advierte que “hay que tomar decisiones” para abordar la fragilidad ósea y prevenir fracturas

  • La osteoporosis es una de las principales causas de la fractura por fragilidad, por lo que los expertos consideran esencial el diagnóstico precoz y el acceso a tratamientos innovadores

  • La subdirectora asistencial del Servicio Andaluz de Salud insiste en la importancia de “realizar un adecuado diagnóstico y tratamiento de estos pacientes”

  • Los Hospitales Virgen de Macarena y Regional de Málaga muestran cómo las Unidades de Prevención Fractura son una medida útil para el abordaje de las fracturas por fragilidad

  • Según el Libro Blanco, ‘Retorno social de la inversión en optimizar la prevención secundaria de las fracturas por fragilidad en mujeres con osteoporosis posmenopáusica’ por cada euro invertido en la prevención de fracturas por fragilidad podría suponer un retorno de 22,15 euros


La ‘Gestión Sanitaria del Paciente con Fractura por Fragilidad' ha sido el tema central de la jornada organizada por Executive Forum y las farmacéuticas UCB y Amgen, en el que se ha hecho especial hincapié en la importancia de la toma de decisiones rápidas para la prevención de fracturas por fragilidad y el acceso a tratamientos innovadores y eficaces.


De esta manera, la subdirectora asistencial del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Inmaculada Vázquez, ha explicado que el 80% de las personas que padecen esta dolencia son mujeres mayores de 80 años, de las cuales un 95% tienen una causa traumática. En base a la tendencia y las estimaciones actuales, se prevé que en 2050 se registren entre 7 y 21 millones de casos de fractura por fragilidad. “Se estima que el paciente crónico complejo y/o frágil supone un 5% de la población y consume el 65% de la totalidad de los recursos sanitario”, ha añadido la subdirectora, por lo que se ha referido a esta cuestión como un “problema sociosanitario que, debido al incremento de la esperanza de vida de la población, será todavía mayor en el futuro”.


En esta línea, Vázquez ha alertado acerca de los riesgos que presentan las personas mayores con dependencia, con enfermedades crónicas y comorbilidades frente a la posibilidad de padecer una fractura por fragilidad. Así, ha insistido en que “resulta fundamental realizar un adecuado diagnóstico y tratamiento de estos pacientes”, y ha manifestado que el objetivo clave debe ser “fomentar las medidas preventivas, higiénico-dietéticas y terapéuticas”. Asimismo, ha insistido en la importancia de prevenir la propagación de la enfermedad en los pacientes ya diagnosticados. “Hay que trabajar no solo en el hogar, sino que también desde el ámbito de la atención hospitalaria, la atención primaria y sociosanitario, fomentando iniciativas desde la estrategia de seguridad del paciente” ha añadido.


Abordar la fragilidad ósea

“Hay que tomar decisiones para abordar la fragilidad ósea” ha admitido Vázquez. De este modo, ha explicado que la Estrategia de Seguridad del Paciente del SAS trabaja desde dos perspectivas: la Gestión de Riesgos y la Atención Integral Segura. Asimismo, se ha referido a la Estrategia de Cuidados de la Comunidad Autónoma, que prioriza la prevención de caídas como una de las lesiones de mayor importancia relacionadas con la seguridad.


Tratar la osteoporosis

Por su parte, José Javier Pérez Venegas, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Virgen de Macarena, ha manifestado que las fracturas por fragilidad se deben fundamentalmente a una osteoporosis avanzada. Según el doctor Pérez Venegas, “el mayor reto en la gestión de la osteoporosis es la definición de objetivos de tratamiento que permitan simplificar el manejo de los pacientes en riesgo de fractura”. Además, ha destacado otros desafíos como la estratificación del riesgo de factura (en base a factores clínicos) para vincularla a opciones de tratamiento, la generación de datos para realizar un algoritmo adecuado de tratamiento (en función del riesgo), la definición de tratamientos en función de unos objetivos predeterminados, o la evaluación y el análisis del coste-eficiencia.


La eficacia de las Unidades de Prevención de Fractura (FLS)

Jesús Olmo, coordinador de la Unidad de Fractura del Hospital Virgen de Macarena ha presentado la labor de la Unidad dentro del centro hospitalario. De esta manera, los profesionales sanitarios que integran la Unidad de Prevención de Fractura han desarrollado un plan de gestión para coordinar todas las especialidades que pueden requerir los pacientes con fracturas por fragilidad, realizando una atención en una sola actuación y mejorando la conexión con todas las especialidades involucradas. Según Olmo, en dos años y medio de funcionamiento, “esta FLS ha demostrado mejorar la prescripción y la adherencia al tratamiento, así como reducir la tasa de re-fracturas y la mortalidad de estos pacientes”.


Por su parte, Verónica Pérez, miembro del Servicio de Traumatología y FLS del Hospital Regional de Málaga, ha explicado cómo la participación de este centro en el Registro Nacional de Fracturas de Cadera “ha permitido crear unos indicadores de calidad a los que tenemos que llegar para proporcionar una adecuada atención, intra y extrahospitalaria, a nuestros pacientes con fractura de cadera”. Todo ello con vistas a mejorar la supervivencia de estos pacientes y la tasa de “re-fracturas”, “lo que, indirectamente, supondría un ahorro de costes para el sistema sanitario”.


Asimismo, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, Manuel García-Goñi, ha mostrado las conclusiones publicadas en el Libro Blanco ‘Retorno social de la inversión en optimizar la prevención secundaria de las fracturas por fragilidad en mujeres con osteoporosis posmenopáusica’ en el que estima que tras la implantación de distintas medidas como la creación de Unidades de Fractura en los hospitales que todavía no se han implementado, la elaboración de guías de práctica clínica armonizada, la adhesión de los profesionales a los registros nacionales de fractura por fragilidad y el aumento de la conciencia social podría generar grandes beneficios al SNS. De hecho, el Dr. García-Goñi concluye que “por cada euro invertido en las mejoras planteadas, el retorno social estimado podría llegar a los 4,92 euros si adoptamos la perspectiva del SNS que atiende sólo costes directos, mientras que, si adoptamos la perspectiva social, dicho retorno social por cada euro invertido podría llegar a los 22,15 euros, siempre utilizando un horizonte temporal de un año”.



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